SI HUBIÉRAMOS TOMADO UN CAFÉ...


Se me hubiera desbordado el alma.


 Hay algunas cosas que aún tengo pendientes por decirte: te he echado mucho de menos, como de verdad se extraña a alguien, con el insomnio, la ansiedad y la esperanza.

¿Algún día dejaré de quererte? Mi mente me traiciona y cada segundo aparecen imágenes tuyas, últimamente con más frecuencia.

Hay otras que no dejan de molestarme; yo no escribí aquel mensaje. Ninguna palabra era real, querían lastimarte, y yo lo permití.

Hay algunas cosas por las que quisiera disculparme; perdón por lastimarte, jamás quise hacerlo. Perdón por no tener el carácter para poner un alto cuando debí haberlo hecho. La inmadurez nos venció.
Habrán algunas que querré decirte, pero aún no llegan, todavía no las siento.

Hubo algunas que dolieron: Ella. Me alegró verte feliz. Otras, que todavía duelen: ya no te conozco.
Existen algunas que conservaré siempre: aún guardo tus cosas en una caja con la palabra “RECUERDOS” escrita sobre ella.

Hay llamas que ni con el mar se apagan; lo mismo pasa con los sentimientos y las flores, algunas no se marchitan por más que intentes secarlas.

Otras cuantas que solo el vino deja florecer; ojalá hubiese durado más aquel último abrazo.

Aquella que jamás dejaré de decir: no abuses de las drogas. 

Las que siempre desearé, ojalá cumplas todos tus sueños y logres ser quien me decías.

Y las que quedaron implícitas: siempre te voy a querer y te echaré mucho de menos

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