Amor Ordinario

 Voy con miedo de que se me cruce un bolígrafo y papel, y, lo único que salga de mí, seas tú.

¿Es posible que me enamorase más de nosotros que de ti?

De vez en vez, nos recuerdo: las mañanas en tu sofá: tú en clase, yo en ti; las tardes soleadas: tu mirada; y las noches cansadas: el roce de nuestra piel. 
Amor corto y efímero; amor de café.

Nos echo de menos y te extraño de más. Aún te guardo mis mejores versos. 
Debo confesar, he robado tus platillos, anhelo tu sazón pues algo de ti sigue en mi corazón. 
¿Podré recordar cómo nos quisimos o solo me quedará pensarte un poco menos? 

Eres un espresso, cariño, pero yo no tomo espresso. Necesito endulzarte para beberte, ya sea con licor o con leche. 

Te fuiste, nos esfumamos como si no hubiésemos existido. Ahora charlamos como dos desconocidos. 
Se nos extraviaron los momentos: los besos en la cocina; el viento en el rostro cuando la moto; las charlas, tú en cigarro, yo en café; las noches y tus manos. 

Quedamos sonriéndole a pantallas a kilómetros de distancia. Ahora que también lo perderemos, ¿qué otro pretexto inventaremos?