Un último beso.


Aquel último beso, estuvo a punto de no serlo.
Mi mente se quedó tranquila, pero mi corazón vacío.

Aquella última vez que compartimos un camino, nuestras canciones y el auto, solo buscaba disfrutar un ratito más del pedacito de vida que compartiríamos juntos, pues aun después del intento, los besos tenían un sabor a despedida.

A pesar de tanto, no me imaginé que el café que bebí camino a casa, sería el último que bebería por ti y para contigo; de haberlo sabido, me lo hubiese terminado, lo hubiese disfrutado hasta el final.

Intento cuidar la planta que no termina por adaptarse, pues, cual nosotros, por más que lo intenta, no parece ser su lugar.

Hoy queda una sensación de vacío, pues aquel último beso estuvo a punto de no serlo; tras bajar del auto y cerrar la puerta quise pedirte que regresaras a darme un beso más, como de costumbre , pero fue diferente, pues en esa ocasión, no me nació hacerlo.

Ahora, me llevo el recuerdo de un cuasi último beso, carente de acción, lleno de intención.

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